Enfermedades de los testículos: Guía completa de síntomas y prevención

enfermedades de los testiculos

Mantener una buena salud implica varias cosas. Entre ellas, conocer qué enfermedades de los testículos son las más comunes, cómo identificarlas y cuáles son sus causas y tratamientos.

Así, estar informado sobre qué afecciones testiculares puedes desarrollar te ayudará a evitar problemas graves de salud a largo plazo. Sigue leyendo este artículo para conocer todo lo que debes saber al respecto de las enfermedades de los testículos más comunes y cómo prevenirlas

¿Cuál es la función de los testículos?

Los testículos son fundamentales en la salud masculina. No solo a nivel reproductivo, sino también de manera general. Esto se debe a que, entre sus funciones, se encuentra la producción de testosterona.

Principalmente, esta hormona se ocupa de “activar” la fabricación de espermatozoides. También, activa el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios (vello, voz gruesa, etc.). 

Sin embargo, la testosterona también incentiva el crecimiento de músculos y huesos. Además, estimula al sistema nervioso, por lo que resulta clave para envejecer bien.

En este sentido, conocer cuáles son las enfermedades de los testículos más habituales, sus causas y síntomas, te permitirá saber a qué prestar atención para mantener una buena salud general.

Principales enfermedades de los testículos

Las enfermedades testiculares más comunes son: 

  • Cáncer testicular
  • Varicocele
  • Hidrocele
  • Epididimitis
  • Orquitis
  • Quiste epidídimo
  • Torsión testicular

En los siguientes apartados hablaremos de cada una, más en detalle. Descubrirás, entre otras cosas, que algunas de ellas  tienen síntomas en común y tratamientos similares. Por eso, es importante que, ante la duda, siempre estés listo para consultar con un especialista en el tema, que pueda diagnosticarte con precisión.

Cáncer testicular

Empecemos por la enfermedad de los testículos a la que se mira con más respeto: el cáncer testicular. Consiste en la formación de bultos (tumores) de células “malignas” en uno o ambos testículos. Estos bultos interfieren con el funcionamiento de estos órganos y, en el peor de los casos, se expanden por el cuerpo a través de la metástasis. En estos casos, es más difícil que el organismo funcione correctamente, lo que puede llevar a la muerte.

Este tipo de tumor maligno suele aparecer, particularmente, en hombres de 15-35 años. Hasta hace unos años, era una afección no tan frecuente, pero su incidencia viene en aumento. No obstante, su tasa de supervivencia va del 43 % al 99 %. Esto significa que, siempre que se diagnostique a tiempo y que se siga el tratamiento adecuado, esta enfermedad no tiende a resultar mortal. 

Si bien no se conocen causas específicas del cáncer testicular, hay algunos factores que hacen que sea más probable contraerlo. Por ejemplo:

  • Criptorquidia. Es decir, cuando un testículo o ambos no terminan de descender.
  • Microcalcificaciones intratesticulares. A más cantidad de calcificaciones, más riesgo de desarrollar tumores o de infertilidad.
  • Antecedentes familiares. Cuando el padre o los hermanos de uno tuvieron cáncer testicular, lo mejor es realizar controles frecuentes, para asegurarse de no estar desarrollando ningún tumor.

Los síntomas del cáncer testicular pueden ser los siguientes:

  • Masas en el testículo. Por lo general, son bultos duros. No siempre resultan dolorosos, incluso cuando se los toca.
  • Hinchazón en el escroto. Se produce de manera repentina. El aumento de volumen puede o no ser doloroso.
  • Ginecomastia. Es decir, acumulación de grasa en el pecho, a la altura de los pectorales. También, puede aumentar la sensibilidad de la zona.
  • Dolor o molestias. Tanto en los testículos y el escroto como en la parte baja del abdomen, la ingle o la espalda.
  • Sensación de pesadez en el escroto.
  • Infertilidad. Esto se debe a que el cáncer obstaculiza el funcionamiento del órgano afectado. 

Varicocele

El varicocele consiste en la formación de várices en el testículo. Es decir, de venas hinchadas. Cuando las válvulas venosas de los testículos “fallan” la sangre no circula adecuadamente y, en consecuencia, se producen las várices. Otros aspectos que se relacionan con la aparición de varicocele son:

  • Factores genéticos. Antecedentes familiares de venas varicosas o de insuficiencia venosa.
  • Compresión de las venas abdominales. El aumento de la presión dentro del abdomen, causado, por ejemplo, por actividades físicas internas, dificulta el flujo sanguíneo. Esto hace que se acumule sangre en las venas del escroto.
  • Drenaje venoso asimétrico. La anatomía y disposición de las venas del escroto causa que aumente la presión, lo que lleva a la formación de varicocele. 

Esta afección testicular suele observarse, sobre todo, en hombres de 15-25 años y en el testículo izquierdo. Se estima que hasta un 15 % de la población masculina adulta puede padecer varicocele. Hay distintos tipos de várices, desde hinchazones grandes y visibles (varicocele de grado III) hasta otras que solo pueden detectarse con un eco-doppler (varicocele de grado I o “subclínico”).

La complicación más común del varicocele es la subfertilidad. Se estima que un 40 % de los pacientes infértiles lo son porque tienen un varicocele sin tratar. 

Los tratamientos para varicocele dependen de la gravedad de los síntomas y de sus efectos sobre la fertilidad. Pueden ir desde medidas para aliviar las molestias (como analgésicos) hasta intervenciones quirúrgicas más o menos invasivas.

Si bien en la mayoría de los casos los varicocele son asintomáticos, pueden causar algunas molestias, como:

  • Dolor testicular de intensidad variable. Es común que se produzca en hombres jóvenes después de realizar ejercicio físico de alta intensidad. Se alivia con el descanso. Si se presenta en hombres de más de 35 años, se recomienda realizar una ecografía abdominal para descartar la posibilidad de que se tenga tumores en el retroperitoneo.
  • Molestias o pesadez en el testículo. Por lo general, se manifiesta en varones jóvenes o en casos de varicoceles que se dan junto con tumores, en hombres de más de 40 años.
  • Abultamiento de las venas. Usualmente, no genera dolor cuando se lo palpa. Es más fácil identificarlo cuando uno está de pie.
  • Disminución del tamaño del testículo afectado. 
  • Sensación de calor en el escroto. Suele presentarse en la mayor parte de los casos de varicocele.

Hidrocele

Otra de las enfermedades de los testículos que tienen una incidencia alta a nivel poblacional es el hidrocele. Esta afección se da cuando se forma un saco de líquido en el escroto. En ocasiones, puede ser un síntoma de otra enfermedad, como el cáncer de testículo, infecciones o hernia inguinal, o estar causado por intervenciones quirúrgicas en la zona. 

De todas formas, el hidrocele es más frecuente en niños que en adultos. Se generan durante la gestación en el útero, cuando los testículos descienden desde el abdomen hasta el escroto. Normalmente, el hidrocele desaparece unos meses después del nacimiento.

En hombres mayores, la acumulación de líquidos puede terminar generando un hidrocele. Lo mismo ocurre cuando el epidídimo (un tubo que se conecta a cada testículo y transporta los espermatozoides fuera de ellos) o los testículos están hinchados o lesionados. Los hidrocele no desaparecen por sí solos en pacientes adultos. En ocasiones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

El hidrocele se manifiesta como una hinchazón ovalada. Usualmente, es indolora y se siente como un globo lleno de agua. Otros síntomas incluyen:

  • Sensación de pesadez en el escroto. Esto se debe pura y exclusivamente al líquido acumulado.
  • Cambios en el tamaño del escroto. En ocasiones, el hidrocele puede causar que el escroto aumente o disminuya de tamaño a lo largo del día.
  • Incomodidad. Si bien es raro que genere dolor, esta afección puede producir una sensación de “pesantez” en la zona.

Por lo general, este tipo de enfermedad de los testículos se desarrolla de manera progresiva, sin que se pueda especificar cuándo comienza el proceso de formación. Sin embargo, cuando los hidrocele son consecuencia de una intervención, se forman rápidamente. Es, principalmente, en estos casos que el hidrocele puede resultar doloroso, si bien sigue siendo una sintomatología poco común.

Epididimitis

Cuando el epidídimo está inflamado, se dice que un paciente sufre de epididimitis. Esta condición suele darse en hombres jóvenes, de entre 19 y 35 años. En la mayoría de los casos, se debe a infecciones de la uretra, la próstata o la vejiga. Enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea o la clamidia también pueden causar infecciones que afecten al epidídimo.

El tratamiento de esta afección depende del tipo de infección. Es importante recurrir al médico de inmediato ante los síntomas de epididimitis. Y es que, cuando esta se vuelve crónica (tiene más de 6 semanas de duración), puede requerir intervenciones quirúrgicas, en vez de medicamentos orales o reposo. 

Otras posibles complicaciones incluyen el infarto testicular (esto es, que no llega sangre al testículo), la esterilidad y los abscesos en el escroto. Por eso, es importante que prestes atención a los siguientes síntomas, para acceder a un tratamiento oportuno:

  • Fiebre baja, escalofríos y pesadez en la zona testicular. Estos síntomas son propios de las primeras etapas de la infección.
  • Dolor agudo y repentino en el escroto. En este caso, es imperativo consultar con un médico cuanto antes. 
  • Secreción en la uretra, molestias en la pelvis o en el abdomen bajo y sangre en el semen. Estos síntomas, que aparecen cuando la infección ya está asentada, son bastante comunes.
  • Dolor al eyacular y orinar, hinchazón del escroto, sensibilidad. Es raro que se presenten estos síntomas. Aun así, no debe descartarse la posibilidad de que aparezcan.

Orquitis

Una de las enfermedades de los testículos más comunes es la inflamación de los testículos u orquitis. Al igual que con la epididimitis, lo más común es que esté causada por virus o bacterias. Por lo general, las infecciones urinarias o las paperas, en niños, producen orquitis. En adultos, suele estar causada por infecciones de transmisión sexual, como la clamidia. Los testículos también pueden inflamarse cuando sufren traumatismos o intervenciones quirúrgicas, como la vasectomía.

El tratamiento de la orquitis varía según su causa. Cuando se produce por un virus, como el de las paperas, se busca aliviar los síntomas y se aconseja el reposo. Cuando se produce por una bacteria, lo normal es tratarla con antibióticos. Ante complicaciones como abscesos o daños irreversibles al testículo, suelen realizarse intervenciones quirúrgicas.

La orquitis puede presentar los siguientes síntomas:

  • Testículo sensible y con sensación de pesadez
  • Dolor al orinar o eyacular
  • Molestias intensas en el área inguinal y en el testículo afectado
  • Secreción en el pene o sangre en el semen
  • Fiebre e inflamación en el área inguinal

Quiste epidídimo

Los quistes epidídimos (o “espermatoceles”) son sacos más o menos sólidos que, como indica su nombre, se forman en el epidídimo. Por lo general, son no cancerosos, indoloros, y contienen un líquido. Si bien no tienen causas puntuales, se tiende a asumir que se producen por obstrucciones en los conductos que transportan el semen.

Lo normal es que esta enfermedad de los testículos no presente complicaciones, ya que se trata de quistes benignos. En consecuencia, no suelen recomendarse intervenciones de ningún tipo a menos que el espermatocele crezca y termine generando molestias. Algunos de los síntomas de un quiste epidídimo crecido son:

  • Molestias
  • Hinchazón detrás y por encima del testículo
  • Pesadez en el área afectada.

Torsión testicular

Finalmente, la torsión testicular es una afección extremadamente dolorosa. Ocurre cuando el cordón espermático (conjunto de vasos conductores y de nervios que une los testículos con la uretra) rota sobre sí mismo. Esto estrangula a las arterias, evitando que la sangre llegue al testículo.

Algunas de las causas de esta afección testicular son:

  • Anomalías congénitas. Por ejemplo,una mala fijación del testículo desde el nacimiento, dentro del escroto. Haber tenido criptorquidia (un testículo no descendido) aumenta, también, el riesgo de torsión.
  • Traumatismos. Un fuerte golpe en la zona de las ingles puede hacer que el testículo gira sobre el cordón espermático, generando la torsión.
  • Movimientos bruscos al dormir. En individuos con una predisposición anatómica, moverse de manera repentina durante el sueño puede producir una torsión.
  • Actividad física intensa. Saltar o correr hace que el testículo gire dentro del escroto sino está fijo dentro de la bolsa escrotal, esto produce, en ocasiones, una torsión.
  • Cambios de temperatura. Exponerse, de repente, al frío intenso contrae los músculos del escroto. Esto puede derivar en una torsión testicular.

Si no se corrige a tiempo la torsión, el testículo afectado puede perderse. Para salvarlo, se debe realizar una intervención quirúrgica antes de que transcurran 6 horas. Por lo tanto, ante los siguientes síntomas, busca atención médica de inmediato:

  • Dolor repentino, que va en aumento. Puede ceder si el testículo se eleva suavemente. 
  • Testículo elevado, en posición horizontal e hinchado.
  • Náuseas, vómito y sudor frío.

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